Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 6 de diciembre de 2016

Akathistos a san Nicolás


El 6 de diciembre es la fiesta del obispo san Nicolás, el santo más popular entre los cristianos ortodoxos, especialmente en Rusia y Rumanía. También es el santo que tiene más iglesias y monasterios ortodoxos dedicados por todo el mundo.

San Nicolás fue obispo de Myra (en la actual Turquía) durante el siglo IV y posteriormente su cuerpo fue trasladado a Bari (en Italia), donde se conserva hasta el presente.

En esta entrada recojo parte del Akathistos que rezan en su honor miles de hermanos ortodoxos  en el mundo entero.

El Akathistos es una oración "para rezar de pie", típica de la devoción bizantina. Los más conocidos son el Akathistos a la Madre de Dios y el Akathistos a san Nicolás, pero hay también para otros santos, como san Juan Crisóstomo.

El de san Nicolás consta de 13 "kondakios" (cantos breves) y de 12 "Ikos" (cantos más largos, con alabanzas en forma de letanía que comienzan con la palabra "alégrate"). Aquí recojo solo los tres primeros y la oración final.


Kondakio I. Oh, santo jerarca Nicolás, excelso taumaturgo y siervo fiel de Cristo, que viertes sobre el mundo el valiosísimo óleo perfumado de la misericordia y eres fuente inagotable de milagros; te alabo lleno amor, y te pido que ya que estás ante el Señor, me libres de todos los males, para que pueda exclamar: ¡Alégrate, oh Nicolás, gran taumaturgo!

Ikos I. Siendo de naturaleza terrenal, el Creador de todo se te manifestó con apariencia angelical, pues preveía la fructífera bondad de tu alma, oh bendito Nicolás. Él nos inspira para que te alabemos diciendo:

Alégrate, tú que fuiste alegría para tu madre desde que estabas en su seno. Alégrate, tú que fuiste santificado.
Alégrate, pues maravillaste a tus padres con tu nacimiento. Alégrate, pues al ser bautizado mostraste la fuerza de tu alma.
Alégrate, planta de la tierra prometida.
Alégrate, flor surgida de la siembra divina.
Alégrate, virtuoso sarmiento de la viña de Cristo.
Alégrate, árbol milagroso del jardín de Cristo.
Alégrate, lirio brotado en el Paraíso.
Alégrate, miro perfumado con la fragancia de Cristo.
Alégrate, pues por ti cesa el llanto.
Alégrate, pues por ti nos llega la alegría.
¡Alégrate, oh Nicolás, gran taumaturgo!

Kondakio II. Viendo como brota el óleo perfumado de tus santas reliquias, oh sapientísimo Padre Teóforo, nuestras almas y cuerpos son instruidos con tus ejemplos, milagrosa fuente de óleo y portador de vida, oh San Nicolás. Con la multitud de milagros que fluyen como el agua de una fuente, por la gracia del Altísimo, sacias a los que fielmente suplican a Dios diciendo: ¡Aleluya!

Ikos II. Fuiste defensor de la fe ortodoxa junto a los Santos Padres de Nicea, iluminando el conocimiento de la Santísima Trinidad, y con ellos confesaste al Hijo, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero consubstancial, no creado, igual al Padre y correinante con Él, desenmascarando al insensato Arrio. Por ello los fieles aprendieron a cantarte:

Alégrate, magnífica columna de la piedad.
Alégrate, fortaleza donde se refugian los fieles.
Alégrate, firme pilar de la Ortodoxia.
Alégrate, venerable portador de la Santísima Trinidad.
Alégrate, tú que predicaste al Hijo, con igual honor que al Padre.
Alégrate, tú que expulsaste al poseído Arrio del santo Concilio.
Alégrate, gloria de los Santos Padres.
Alégrate, sabio entre los divinamente sabios.
Alégrate, tú que hablas con palabras de fuego.
Alégrate, tú que guías bondadosamente a tu rebaño.
Alégrate, tú que fortaleces la fe ortodoxa.
Alégrate, pues por ti se vence la herejía.
¡Alégrate, oh Nicolás, gran taumaturgo!

Kondakio III. Teóforo Padre San Nicolás, con el poder que te fue dado de lo alto, limpias las lágrimas del rostro de los que sufren cruelmente, mostrándote, oh piadoso, como sustento de los hambrientos, timonel de los que están en alta mar, salud de los enfermos, y ayuda de todos los que suplican a Dios diciendo: ¡Aleluya!

Ikos III. Verdaderamente, oh Padre Nicolás, te deberían cantar desde los cielos y no desde la tierra; pues, ¿cómo puede un hombre confesar la grandeza de tu santidad? Pero nosotros conquistados por tu amor te suplicamos diciendo:

Alégrate, ejemplo de ovejas y pastores.
Alégrate, santa purificación de la moral.
Alégrate, recipiente de grandes virtudes.
Alégrate, pura morada de la santidad.
Alégrate, luz refulgente y pura.
Alégrate, digno interlocutor de los ángeles.
Alégrate, instructor de los creyentes.
Alégrate, piadosa regla de la fe.
Alégrate, imagen de mansedumbre espiritual.
Alégrate, pues por ti somos liberados de las pasiones carnales.
Alégrate, pues por ti somos colmados de dulzuras espirituales.
¡Alégrate, oh Nicolás, gran taumaturgo!

Oración a San Nicolás. Glorioso san Nicolás, excelentísimo servidor del Señor, amante protector nuestro y rápida ayuda en las penas, ayúdame a mí, pecador desalentado, en la presente vida; implora al Señor Dios que me otorgue el perdón de todos los pecados que cometí desde mi juventud, durante toda mi vida, en hechos, palabras, pensamientos y con todos mis sentidos, y cuando parta mi alma ayúdame, a mi miserable pecador, a pasar las aduanas de los pérfidos demonios. Implora al Señor Dios, Creador de todo, que me libre de todas las penurias y del tormento eterno, a fin de que siempre glorifique al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y tu intercesión misericordiosa, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

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