Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 8 de enero de 2016

La infancia de Cristo


La concepción y la infancia de Jesús son los primeros acontecimientos de su historia, pero son los últimos relatos de los evangelios que se escribieron. Los evangelistas narraron primero su Pascua (pasión, muerte y resurrección), en un segundo momento su vida pública (predicación y actividad) y, finalmente, sus orígenes.

Solamente Lucas y Mateo hablan de la infancia del Señor. Ambos textos son distintos e independientes, aunque el mensaje que transmiten sobre Jesús es coincidente. 

Cada evangelista tiene una intención al escribir, porque se dirige a un público específico: Lucas, que es griego, para cristianos provenientes del paganismo; Mateo, que es judío, para una comunidad con muchos cristianos provenientes del judaísmo. Por eso cada uno narra los acontecimientos que le parecen más significativos para transmitir su mensaje.

En realidad, más que de la infancia, hablan de la concepción y del nacimiento de Jesús, dentro de la tradición bíblica, que ve en los orígenes de los personajes importantes una prefiguración de su futuro destino (cf. Gén 21,1-7; 25,25-26; Éx 2,1-10; Jue 13,1-25; 1Sam 1,19-26). 

En el Antiguo Testamento, los relatos de los nacimientos de estas personas siguen un esquema similar: concepción (a veces precedida del anuncio), nacimiento e imposición del nombre (que indica el futuro destino del niño). 

En la mentalidad bíblica, para comprender la historia de Israel o de las naciones cercanas, así como la misma creación, se deben conocer sus orígenes, en los que se encuentran las claves de su identidad más profunda. Así, el Génesis narra los orígenes del hombre y de los pueblos y el Éxodo narra los orígenes de Israel. 

Mateo y Lucas, inspirándose en esas tradiciones y en otras narraciones similares del Antiguo Testamento, descubren en la infancia del Señor un preanuncio de lo que sucederá en su vida pública: la salvación ofrecida a todos, la apertura del reino de Dios a los gentiles, las contradicciones dentro del pueblo judío por causa de Jesús... 

Veamos el esquema que sigue cada evangelista en su narración:

Mateo: 
- Genealogía de Jesús (1,1-17), 
- anunciación a José (1,18-24), 
- nacimiento del Salvador (1,25), 
- visita de los Magos (2,1-12), 
- huida a Egipto (2,13-18), 
- vuelta a Nazaret (2,19-23), 
- predicación de Juan y bautismo de Jesús (3,1-17).

Lucas: 
- Anuncio del nacimiento de Juan (1,5-25), 
- anuncio del nacimiento de Jesús (1,26-38), 
- visitación de la madre de Jesús a la madre de Juan (1,39-56), 
- nacimiento de Juan (1,57-80), 
- nacimiento de Jesús (2,1-14), 
- visita de los pastores (2,15-20), 
- circuncisión (2,21), 
- presentación en el templo (2,22-38), 
- regreso a Nazaret (2,39-40), 
- Jesús, perdido en el templo (2,41-52), 
- predicación de Juan y bautismo Jesús (3,1-22), 
- genealogía de Jesús (3,23-38).

Los esquemas son distintos, pero ambos afirman cosas similares:
- Jesús es el Hijo eterno de Dios
- encarnado en el vientre me María sin intervención de varón
- por obra del Espíritu Santo,
- José, el esposo de María, le hizo de padre,
- es israelita y asumió toda la historia de ese pueblo: sus promesas y esperanzas (para llevarlas a cumplimiento) y sus pecados (para perdonarlos),
- nació en Belén, en la pobreza y sencillez,
- los poderosos no fueron a adorarle, sino los pastores pobres (Lucas) y unos extranjeros sabios (Mateo),
- creció en Nazaret, sin que nadie se diera cuenta de su verdadera identidad,
- comenzó su actividad pública después de ser bautizado por Juan en el río Jordán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario