Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 24 de enero de 2023

Fiesta de la conversión de san Pablo


En la foto les presento una recreación contemporánea de "la conversión de san Pablo", que es la fiesta de hoy. La ha pintado Ernest Vincent Wood III inspirándose en el famoso cuadro de Caravaggio, que se conserva en la iglesia romana de santa María del Popolo.

El 25 de enero se celebra la fiesta de la conversión de san Pablo, presentada así por el martirologio romano: «Fiesta de la conversión de san Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino, eligiéndole para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo».

San Pablo estaba orgulloso de ser judío «de pura cepa», «por los cuatro costados» y perseguía a los cristianos, considerados como una secta que se apartaba de los principios fundamentales del judaísmo, al considerar que el hombre Jesús era de condición divina.

En cierto momento se encontró con Cristo resucitado y este encuentro transformó su vida para siempre. De hecho, escribió que, desde ese momento, «todo lo que para mí era ganancia, lo consideré pérdida a causa de Cristo. Más aún: todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Fil 3,7-11).

Como buen judío, Pablo creía en la existencia de un solo Dios, totalmente puro y trascendente, separado de todo lo material. Pero, en su encuentro con Cristo, se le cayeron unas escamas de los ojos y vio el mundo de una manera nueva. Comprendió que Dios se hizo hombre en Jesús, que se manifiesta en su debilidad y que podemos encontrarlo en la vida ordinaria.

Por eso se lanzó por el mundo a compartir con todos el gozo de la fe: Dios está cerca de los que lo invocan, acepta nuestra debilidad y nos ama con tanta fuerza que nada ni nadie nos puede separar de él.

Hoy concluye el octavario de oración por la unidad de los cristianos. Pidamos al Señor Jesús que todos los creyentes en él vivamos apasionadamente nuestra fe, como el apóstol de los gentiles.

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