Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 21 de agosto de 2021

Caminando con Cristo


Los domingos pasados hemos escuchado en el evangelio la lectura del discurso del pan de la vida, en el que Jesús afirma que su carne es verdadera comida y su sangre, verdadera bebida  (Jn 6). Al terminar de hablar Jesús, algunos se dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Es el texto que se lee el domingo 21 del Tiempo Ordinario, ciclo "b".

Como muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él, Jesús preguntó a los más cercanos: «¿También vosotros queréis marcharos?»

Pedro respondió en nombre propio y en nombre de los demás: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».

Ante la persona y la propuesta de Jesús, necesariamente hemos de hacer una opción libre y responsable. 

De eso habla también la primera lectura, en la que Josué dice a los israelitas: «Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor».

Cada uno de nosotros tiene que plantearse estas preguntas: ¿a quién quiero escuchar?, ¿a quién quiero seguir?, ¿en quién he puesto mi confianza?

No me sirve lo que los otros respondan. Yo tengo que dar mi respuesta personal. Es verdad que seguir al Señor puede ser difícil en algunos momentos, pero yo quiero seguirle a él, porque sé bien de quién me he fiado. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

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