Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 10 de septiembre de 2022

Las parábolas de la misericordia


Las llamadas "parábolas de la misericordia" (Lc 15,1-32) solo las recoge el evangelista san Lucas. Son tres: 
- El pastor que busca la oveja perdida.
- La mujer que busca la moneda perdida.
- El padre que espera el regreso del hijo pródigo (icono de arriba).
Las tres escenas terminan con sus protagonistas haciendo fiesta.

En sus parábolas, Jesús enseña cómo es Dios:
- Ante todo, es bueno y cuida de los seres que ha creado: de las aves, de los lirios y de los hombres (Mt 6,25-30; Lc 12,22-28).
- Ama a todos, a los buenos y a los malos, a los justos y a los injustos (Mt 5,45; Lc 6,35).
- Se interesa por nuestras cosas, conoce hasta el número de nuestros cabellos (Mt 10,30; Lc 12,7).
- Tiene paciencia con los pecadores y sale a su encuentro (Lc 15).
- Siembra generosamente la Palabra, también sobre los caminos y las zarzas, para dar a todos una oportunidad de salvación (Mc 4,3-20; Mt 13,1-23; Lc 8,4-15).

Es hermoso saber que somos importantes para Dios, que nos busca como el pastor a la oveja extraviada o como la mujer a la moneda perdida, que siempre espera que nos volvamos a él, como el padre del hijo pródigo.

Pero más importante es saber que él se alegra y hace fiesta cuando nos dejamos sanar y abrazar por él, porque él solo quiere nuestro bien.

Dejémonos encontrar y abrazar por él. No alarguemos más el momento del abrazo y de la fiesta. Amén.

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