Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 6 de agosto de 2021

La transfiguración del Señor. Oraciones de la liturgia bizantina


El 6 de agosto se celebra la fiesta de la transfiguración del Señor. Les propongo algunas oraciones de la liturgia bizantina del día.

Hoy la Santa Iglesia celebra la fiesta de la transfiguración de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el Monte Tabor. Señor, haznos dignos de contemplar tu gloria divina como lo hicieron tus discípulos elegidos por ti. Amén.

Oh Señor, cuando te transfiguraste la montaña apareció como cielo y la nube se extendió formando un tabernáculo. Y desde el seno del Padre se dio testimonio de ti. Y estuvieron presentes Pedro, Santiago y Juan, los que habían de estar contigo también en el momento de tu traición; Para que, habiendo contemplado tus maravillas, no teman durante tu pasión, que nosotros adoramos humildemente.

Señor, antes de tu crucifixión llevaste a tus discípulos a una montaña alta, y delante de ellos, te transfiguraste, iluminándoles con los rayos de tu poder. Por tu amor a la humanidad y por tu soberanía quisiste mostrarles el esplendor de la resurrección. Haznos también a nosotros dignos de ello, porque tú eres bondadoso y amante de la humanidad.

Conversando con Cristo, Moisés y Elías mostraron que él es el Señor de los vivos y de los muertos y que es el Dios que habló antiguamente por medio de la ley y los profetas. Del cual, desde la nube luminosa, la voz del Padre dio testimonio, diciendo: “¡Escuchadle!, él es quien, por la Cruz, venció al infierno, concediendo a los muertos la vida eterna.

Oh Cristo, que te transfiguraste en gloria sobre el Monte Tabor y revelaste a tus discípulos el esplendor de tu divinidad, Ilumínanos también a nosotros con la luz de tu conocimiento y guíanos en el camino de tus mandamientos, porque tú eres bondadoso y amante de la humanidad.

¡Venid, subamos a la montaña del Señor, a la casa de nuestro Dios! Contemplemos la gloria de su transfiguración, que es la gloria del Hijo Unigénito del Padre. Recibamos la luz de la Luz y ascendiendo en el espíritu alabemos a la Santísima Trinidad por todos los siglos.

Oh Salvador, te transfiguraste en el Monte Tabor, mostrando la transformación futura de los mortales, que se realizará con gloria en tu segunda venida. Cuando los tres discípulos que tú habías convocado para estar contigo vieron tu gloria, quedaron atónitos de tu resplandor deslumbrante. Tú que brillaste ante ellos con la luz de tu gloria, ilumina ahora nuestras almas.

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