Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 17 de junio de 2013

Santuarios de Jerusalén en el Monte Sión


Al principio, Sión era una denominación de la ciudad que más tarde tomará el nombre de Jerusalén y durante mucho tiempo será llamada indeferentemente con un nombre u otro. Era muy pequeña, ya que ocupaba únicamente el “ofel” (la pequeña colina frente al templo, donde se situaba la ciudad cananea, conquistada por David, por lo que pasó a llamarse “ciudad de David”). 


Como la ciudad era tan pequeña, David construyó su palacio (que en tiempos de Jesús era la torre Antonia) y otras dependencias en otra colina cercana. Allí Salomón hizo construir el templo con sus dependencias (graneros, caballerizas, tribunales...). Con el tiempo se llamará Monte Sión a esta colina y no a la anterior.

Los primeros cristianos construyeron un templo llamado “Iglesia Madre de la Santa Sión” sobre el lugar donde se encontraba la casa de María, la madre del evangelista Marcos, en una tercera colina. Hoy, con el pasar de los siglos, se puede ir andando de un sitio a otro y casi no se nota que un día fueron colinas independientes.


En esta casa de María se celebró la Última Cena, Cristo resucitado se apreció a los discípulos, descendió el Espíritu Santo sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, comenzó la predicación cristiana a Israel y desde allí fueron enviados los primeros misioneros. El concilio de Jerusalén también se reunió en aquella casa. Es natural que los primeros cristianos la tuvieran un cariño especial. Por el nombre de aquella iglesia, el barrio pasó a denominarse “Monte Sión”, hasta el presente. Antiguamente estaba dentro de las murallas de la ciudad, aunque hoy queda fuera de las actuales murallas, que son del s. XVI.

El edificio primitivo fue ampliado y embellecido en época bizantina, destruido por los persas el año 624, reconstruido por los cruzados y vuelto a destruir por los musulmanes. La actual Capilla del Cenáculo fue construida por los franciscanos en 1335 en estilo gótico y era el coro de la iglesia. De hecho, al exterior se conserva una de las antiguas columnas del edificio en el emplazamiento original. El mihrab, (el nicho de oraciones musulmán, que mira a la Meca) fue agregado en 1523, cuando los franciscanos fueron expulsados del edificio y el recinto fue convertido en mezquita.

La habitación del piso inferior, debajo del Cenáculo, contiene un cenotafio (tumba vacía o monumento funerario erigido como edificación simbólica) que desde el siglo XII es conocido como “la tumba del rey David”. Hoy es sinagoga judía.

Iglesia de san Pedro in Galicantu. Construida sobre la casa del sumo sacerdote Caifás, conserva las mazmorras donde Jesús estuvo encerrado durante la noche del Jueves Santo, después del juicio ante el sanedrín, en espera de que llegara el día para llevarlo a Pilato. Durante el juicio de Jesús, tal como él mismo había profetizado, San Pedro lo negó tres veces antes de que cantara el gallo (“galli cantu” en latín significa: “el gallo cantó”). En los jardines se conserva una parte del camino empedrado que Jesús recorrió desde el cenáculo al Monte de los Olivos y desde allí a la casa de Caifás.

Iglesia de la dormición. Su silueta domina el Monte Sión y toda la ciudad de Jerusalén, ya que está en el punto más alto de la ciudad antigua. Es el templo conventual de una abadía benedictina. En la cripta hay una preciosa escultura de la Virgen María. 

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