Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 6 de septiembre de 2022

Poesía de Alberto Lista a la Natividad de la Virgen


El cuadro de Andrés López (s. XVIII) representa el nacimiento de la Virgen María. El poema que ahora veremos es de la misma época, ya que lo escribió Alberto Lista (1775-1848). 

No es un texto sencillo, pero merece la pena hacer el esfuerzo de leer textos difíciles, para conocer otras maneras de expresarse, aunque ya no se usen. 

Recuerdo que "Uriel" es el nombre de uno de los siete arcángeles, que se traduce por "ángel de luz", por lo que se dice que gobierna el día y tiene su trono en el sol. Se decía que las "regiones empíreas" eran "los cielos de los cielos", la morada de Dios y de los ángeles. La palabra "ledo", que aparece al final, significa "feliz", "alegre".

Cuando amanece al angustiado mundo,
la sacrosanta Virgen,
de la mancha primera preservada,
detiene absorta la celeste esfera
su raudo movimiento,
y retiembla de gozo el firmamento.

[Traducción al español contemporáneo: La santa Virgen María fue preservada por Dios del pecado original. Cuando nació, toda la creación -cielo y tierra- se detuvo temblando de asombro.]

Júbilo nuevo en las etéreas cumbres,
el angélico bando
siente añadirse a su placer eterno:
Yavé depone el rayo vengativo;
y la inocencia amada
brilla otra vez del hombre en la morada.

[Traducción al español contemporáneo: Los ángeles, que gozan desde siempre en el cielo tienen un nuevo motivo de alegría cuando Dios depone el castigo por el pecado y los seres humanos, que él creó inocentes, recuperan la gracia perdida por el pecado.]

Entonces Uriel, a quien fue dado
el gobierno del día,
y en el ardiente sol fijó su trono,
esparciendo su voz por cuanto alumbra
el flamígero vuelo,
así cantó el placer de tierra y cielo:

[Traducción al español contemporáneo: Entonces, el ángel Uriel, que tiene su trono en el sol y gobierna el día, esparciendo la luz por el cielo y la tierra, así cantó el gozo del cielo y de la tierra.]

«¿Quién es esta, que sube vencedora
del seno de la nada
a ilustrar las mansiones de la vida?
La plateada luna no es más bella
entre el coro estrellado,
ni el sol más puro en el cénit rosado».

[Traducción al español contemporáneo: ¿Quién es esa mujer que sube desde la tierra a iluminar el cielo, más bella que la luna y que el sol?]

«¡Cómo nuevo verdor y vida nueva
recobran las montañas,
do a ser delicia de la tierra nace!
Júbilo, Nazaret: salud, Carmelo:
de Jericó la rosa
ya florece en tu suelo más hermosa».

[Traducción al español contemporáneo: Las montañas donde ella nace para ser la delicia de la tierra se visten de nueva vida y verdor. Que se alegren Nazaret y el Carmelo, ya que ha florecido en su tierra la más hermosa rosa de Jericó.]

«¡Cuánto pavor infunde su semblante,
del ángel dulce encanto,
a la hueste infernal de las tinieblas!
¿Oís, oís cuál brama enfurecido
el orgulloso bando?
¿cuál sus puertas se cierran restrallando?»

[Traducción al español contemporáneo: Su bello rostro, encanto de los ángeles, provoca miedo entre los demonios, que gritan enfurecidos y cierran las puertas del infierno, que se rompen.]

«No más terrible intrépida falange
al débil enemigo
marcha para el combate y la victoria.
Triunfa, hermosa mujer: el Dios potente
su rayo te confía,
y su terror ante tu faz envía».

[Traducción al español contemporáneo: Un ejército intrépido marcha sin miedo para combatir y vencer al demonio, que está debilitado. Dios fortalece a esta hermosa mujer para que los demonios tiemblen en su presencia.]

«¿Quién cómo tú, gran Dios? Ángeles puros,
altas inteligencias,
bendecid su piedad. ¿No veis cuál mira
la triste tierra con benignos ojos?
¿no veis ya disipado
el ceño, que ocultó su rostro airado?»

[Traducción al español contemporáneo: Ángeles y seres celestiales, bendecid al Señor, que mira con bondad a la tierra y destruye los pecados que le hacían mirar a la tierra con enfado.]

«Himno de triunfo al Verbo, al Amor santo
bendición sempiterna.
Mortales, respirad, que ya fenece
el largo cautiverio: el sol divino
ya seguirá a la aurora,
cuyo esplendor vuestras mansiones dora».

[Traducción al español contemporáneo: Seres humanos, respirad tranquilos, que ya termina el cautiverio del pecado. Ha llegado la aurora, que es María, y pronto llegará el sol, que es su hijo Jesús. Cantad y alabad al amoroso Hijo eterno de Dios.]

«Ángeles ensalzadla. Del Dios sumo
hija, madre y esposa,
y reina vuestra es. ¡Dichoso el día
que nace para el bien de los mortales!
a su belleza y gloria
himnos de amor cantad y de victoria».

[Traducción al español contemporáneo: Ángeles, ensalzad a María, que es hija, madre y esposa de Dios, y reina del cielo. Dichoso el día en que ella nace para bien de los hombres. Cantad himnos de amor y de victoria en su honor.]

Dijo Uriel, y con el cetro de oro
señala en la alta esfera
el instante feliz. Cánticos nuevos
las empíreas regiones enamoran;
y a su hermosa criatura
ledo sonríe el Padre de la altura.

[Traducción al español contemporáneo: Todo esto dijo el ángel Uriel, gozando en el sol. Los cielos entonan cantos nuevos y Dios Padre sonríe feliz a María.]

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