Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 13 de julio de 2012

13 de julio. Santa Teresa de Jesús, de «los Andes», o.c.d.


Santa Teresa de Jesús de «los Andes» nació el año 1900, en Santiago de Chile. Desde su primera infancia, vivió muy unida a Cristo y a la Virgen María. Estaba siempre dispuesta a servir a los demás y a sacrificarse por todos. Enseñaba el catecismo a los niños, presentándoles la virtud de manera amable y atractiva. Escribió algunas obras espirituales, en las que comparte con palabras sencillas su profunda vida interior y su aprecio por la oración. Se consagró privadamente al Señor con catorce años, pero tuvo que esperar hasta lo diecinueve para hacerse carmelita descalza. Murió antes de cumplir veinte años de edad. Es la primera flor de santidad de la nación chilena y del Carmelo Teresiano de América Latina. Fue canonizada en 1993.

Oración colecta. Dios misericordioso, alegría de los santos, que inflamaste el corazón juvenil de santa Teresa con el fuego del amor virginal a Cristo y a su Iglesia, y la hiciste testigo gozoso de la caridad aun en medio de los sufrimientos; concédenos, por su intercesión, que, movidos por el Espíritu Santo, también nosotros, revestidos con su dulzura, proclamemos en el mundo, de palabra y de obra, el evangelio del amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las ofrendas. Señor, te proclamamos admirable al conmemorar a la santa virgen Teresa de los Andes en cuyo honor presentamos en tu altar estos dones; y por ellos te rogamos que, así como te alegras con sus méritos, te complazcas también en el culto que tu pueblo te ofrece. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la comunión. Señor, que la comunión del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo nos aparte de las cosas caducas para que, a ejemplo de santa Teresa de los Andes, crezcamos a lo largo de la vida en caridad sincera y podamos gozar en el cielo de la visión eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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